sábado, 12 de abril de 2014

Torrijas




Ya va oliendo a incienso, a velas, a limón y canela…va oliendo a Semana Santa. Se ven ropas de nazareno colgadas en las ventanas de las casas y por las noches se escucha a los costaleros ensayar en las calles. Pues sí, ya estamos en vísperas, y al margen de lo que la Semana Santa significa para los Católicos, son fechas de tradiciones, tradiciones como las procesiones que llenan las calles de todos los rincones de España. En mi afloran emociones y recuerdos...cuando en televisión veo y escucho a los legionarios cantarle al Cristo de la Buena Muerte en Málaga (me recordaban mis adoradas primas Maibi y Lourdes que eran ya 7 años sin ir), cierro los ojos y lo escucho cantar, con la cabeza muy erguida, los pies bien juntos y el cuerpo firme...rondándole lágrimas por las mejillas, y aunque es un sentimiento agridulce porque lo echo de menos... pienso en la suerte que tuve de tenerlo, en la suerte que tuve de tener un padre como Él.
También es época de reencuentros, de juntarnos los amigos y amigas de la pandilla en Tabernas, en el pueblo más bonito y famoso del mundo (según mi marido, jejeje).
Y como no, es época de hacer dulces, dulces de los que pasan de generación en generación. Yo es pensar en esta fecha e imaginarme "la olla roja" de mi suegra llena de roscos, los desayunos con torrijas, el chocolate de la tarde con la leche frita….vamos que como veis me pongo “tibia”.
Y claro, es que una es muy de tradiciones del país, y si la tradición manda que se han de comer dulces típicos desde antaño…pues una se los come.
Pues para no perder las tradiciones...he hecho unas torrijas de leche, uno de los dulces de Semana Santa que más me gustan y muy fácil de hacer.
 
 
TORRIJAS
  • 1 barra de pan de pueblo (que sea de miga prieta y dura)
  • Leche entera
  • Canela en rama
  • Canela molida
  • 1 corteza de un limón oloroso
  • Aceite de oliva
  • Huevos
  • Azúcar

Comprar un pan, dejar endurecer unos días y cuando esté duro, cortar rebanadas de un dedo de anchas. En un cazo poner 1 litro de leche a hervir con unas 8 cucharadas soperas de azúcar, la corteza del limón y 2 ramas de canela. Dejar enfriar. Cuando la leche esté fría, disponer las rebanadas de pan en una bandeja  y cubrir con la leche aromatizada. Dejar en remojo de 6 a 8 horas. (si la miga es prieta, el pan no se desmorona).
Transcurrido el tiempo, batir el huevo para rebozar las rebanadas y poner aceite de oliva a calentar. Cuando el aceite esté listo freír por ambos lados hasta que las rebanadas adquieran un color dorado.
Escurrir en papel de cocina el aceite sobrante y pasar por una mezcla de azúcar y canela. ¡Y listas para engullir!

Papá, te quiero.

 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanto sentimiento....hija, me has emocinado. Y que pinta tienen!!mmmm!!!

No sin mi postre dijo...

Gracias amiga ;)

Anónimo dijo...

No he podido resistirme, que buenas que han salido!

No sin mi postre dijo...

¡Que bien! La verdad es que si las haces con un buen pan...salen para estar comiendo hasta no poder más.