"La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida" dice la canción de Rubén Blades y eso fue lo que me pasó en septiembre del año pasado...que me dio una sorpresa maravillosa.
Me dan de un día para otro como destino de trabajo Sevilla, así que ese 17 de septiembre de 2019 en el que yo no paraba de llorar por irme tan lejos de mi familia, me aparece una señora contractura en la espalda como consecuencia de la tensión, así que nada más poner un pie en Sevilla, antes de ir a cenar, voy a la farmacia y me compro un relajante muscular que me deja grogui. Cuando voy andando por la calle oscura, de repente, creo que estoy teniendo una alucinación... y es que me parece ver a mi amigo Jose tristemente fallecido. Tengo un impulso y me voy detrás de ELLA (sí de ella) gritando Joseee, Joseeee hasta que la chica se vuelve, nos quedamos mirando y al reconocernos nos abrazamos llorando directamente sin mediar palabra (sólo nos habíamos visto en el funeral de su hermano) y esa fue mi sorpresa, que ese día mi AMISTAD con Mª Ángeles comenzó su andadura. Y es que la vida me quitó disfrutar de él, pero ¿sabes? disfrutar de ella es la "repera", porque tiene miles de cosas en común con su hermano como la inteligencia, el saber estar, la humildad, la sensatez, la bondad, la empatía, la dulzura...pero si a eso le sumas que podemos hablar de cómo ser una mamá trabajadora, de moda, de bolsos, de eyeliner, de celulitis, de chicos guapos jejeje, pues eso, ¿es o no un regalo directo desde el cielo?
Ahhh y como regalo colateral, en el pack de Mª Ángeles venían Jesús y Lara, un hombre encantador y un amor de personita.
Pues como Mª Ängeles es una chica deportista a la que le gusta cuidar de su alimentación, no se me ha ocurrido mejor receta que ésta...una receta saludable y riquísima que si la haces en casa, vas a flipar de la diferencia que hay con las comerciales y se va a convertir en tu nuevo vicio ( a lo mejor no es muy saludable la forma en la que me la como yo apuñados jejeje pero ¡me encanta!).
INGREDIENTES:
- 200 gr de avena
- 50 gr de semillas de calabaza
- 50 gr de pipas de girasol (no fritas)
- 5 cucharadas de semillas de lino
- 3 cucharadas de semillas de sésamo
- 150 gr de arándanos secos
- 150 gr de chocolate en trocitos
- 70 gr de azúcar morena
- 65 ml de aceite de coco, de girasol u oliva suave
- 1 chorrito de vainilla
- 75 ml de miel
- 75 ml de sirope de agave o jarabe de arce
- 3 cucharadas de agua caliente
Precalentamos el horno a 180ºC y extendemos todas las semillas en la bandeja del horno (las podéis disponer como en la fotografía) y las llevamos al horno unos 8 minutos con cuidado de que no se tuesten demasiado.
En un bol mezclamos el azúcar, el aceite, la miel, el sirope, la vainilla y el agua caliente. Sacamos nuestras semillas del horno y las mezclamos bien con el liquido del bol.
De nuevo metemos las semillas ya bañadas en el horno durante unos 20 minutos aproximadamente, no quitándole el ojo porque se queman con facilidad (depende mucho de cómo caliente cada horno).
Cuando saquemos las semillas del horno las refrigeramos durante unas 2 horas y al sacarla las romperemos en trocitos para finalmente añadirle los arándanos y el chocolate.
Ya está lista para guardar en un bote y a ver si eres capaz de que te dure y no comértela a puñados, jajaja.
También le podemos poner otras frutas deshidratadas como coco, piña, pera, pasas, orejones, etc y está muy rico con el yogur, la leche, un buen helado, y por si no te ha quedado claro...a puñadooooooos jajajaj.