Me apasiona el chocolate (por si no os acordáis, jejeje) y las pasiones se dejan en herencia, ¿no creéis? pues eso he hecho yo, dejarle la pasión por el chocolate a mis hijas y... ¡les flipa! Además les encanta la repostería y ésta receta es de sus favoritas porque ni siquiera necesitan de mi supervisión, así que disfrute doble, por un lado hacerlas (éstas las han hecho ellas en su totalidad) y por otro lado, comerlas (han sido buenas y les han dado unas pocas a unos muy buenos amiguitos porque... no es cuestión de compartirlas con cualquiera, jejeje).
Y dejar a los hijos herencias es de las mejores sensaciones que hay en la vida, pero no hablo de herencias materiales, sino de herencia en valores, en recuerdos, en experiencias, en sensaciones, en pasiones...en definitiva enseñarlas a VIVIR, no sólo a respirar. Y es que a veces, como es mi situación en la actualidad, se toman decisiones que implican sacrificio no sólo por mi parte, sino también por la de ellas, como trabajar en otra ciudad y verlas solo los fines de semana, pero cuánto me enseñan cuando me dicen los domingos al despedirme que no esté triste porque saben que lo hago por ellas, o cuando como el otro día que entre ambas fabricaron un disfraz casero porque yo no estaba para poder ayudarlas para la fiesta del cole...así que chicas, sólo puedo deciros, que estoy muy orgullosa de que hagáis cosas vosotras sólas, porque eso significa que estáis aprendiendo a quereros, a ser autosuficientes, a valoraros y a confiar en vosotras mismas, y además de la pasión por el chocolate, creo que es lo mejor que os puedo dejar en herencia. Carla, Aitana...qué afortunada soy de ser vuestra mamá. ¡Os quiero hasta el cielo!
INGREDIENTES: (podéis doblar los ingredientes, seguro que os entran anssias de hacer más)
- 200 gr de chocolate con leche para postres
- 160 ml de nata para montar
- 40 gr de mantequilla
- Una pizca de sal
- Un chorrito de esencia de vainilla (opcional)
- Cacao puro en polvo o fideos de chocolate
Troceamos el chocolate y la mantequilla. Ponemos la nata en un cazo, la sal y la vainilla y removemos. La llevamos a ebullición y cuando esté lista la retiramos del fuego y añadimos el chocolate y la mantequilla y removemos de nuevo hasta que se deshagan por completo y se integren bien. Pasamos a un bol y lo dejamos enfriar en el frigorífico hasta que se endurezca para que podemos manejar la mezcla bien para formar bolitas. Después rebozamos en el cacao o en los fideos de chocolate, las ponemos en cápsulas (opcional), las metemos en el congelador, y se acabó. Las consumimos directamente del congelador porque así están mucho más ricas.
2 comentarios:
Q ricas tienen q estar prima. Te deseo lo mejor a vosotros y a vuestras hijas. Están aprendiendo la regla de oro de la vida. Saber defenderse y tener responsabilidad. Muchos besitos
Muchas gracias. Un abrazo muy fuerte
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